Carta primera
Mi
entrañable amigo José Manuel, el viaje hasta Mumbay fue largo; pero
entretenido. Llegamos al aeropuerto a
las siete de la mañana. Y gracias a una pasajera que ya había estado
aquí algunas veces, y con su colaboración desinteresada, siguiendo sus precisas indicaciones, no tuve
ningún problema en encontrar el Hotel Chateau Winsord. Un hotel por cierto muy
bonito y acogedor.
Me
dijiste que Mumbay era la ciudad más poblada de la India; pero yo casi me
atrevería a decir que es de toda Asia. Mumbay es la capital del estado de
Ahrashtra y por lo visto es uno de los estados más grandes de la India, tanto
en superficie como en población, concretamente el tercero; pero además, Mumbay no solamente es la mayor urbe de la India,
sino que constituye también el principal motor económico del país, y que junto
con Delhi, su capital, y Calcuta, es puerta principal de entrada al
subcontinente.
Así, a primera
vista, lo que me parece de Mumbay
es que es una ciudad con grandes contrastes, pues se mezclan los edificios de
la época colonial, con los de edificación moderna, y a unos cientos de metros,
emergen chabolas con tejados de hoja de lata. Según me contó mi vecina pasajera
existen más de doscientas lenguas en la India, aunque la más hablada es el
Marathi, así como el Hindi y el Gujarati, y practican ocho religiones. Pero
dentro de un rato cuando descanse, quiero conocer el alma de la ciudad. Sus
mujeres por las que he visto hasta ahora,
en general son de piel color canela, aunque también las hay completamente blancas y me parecen muy
femeninas. Aunque como te digo, dentro de un rato empezaré a buscar a mi
Psique. Hubiese sido un milagro dar con ella nada más llegar; Pero ya estoy
impaciente por iniciar mi búsqueda, me lo pide el corazón y me lo suplica el
alma.
Recibe
un saludo cordial, de tu amigo que no te olvida, David.

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