Muchacha hecha madre
Viendo a esta muchacha hecha madre,
en medio de una civilización en la
que parece
no haber avanzado demasiado.
Donde el movimiento imperioso del espíritu
y cuerpo
que rigen a esta edad soñolienta,
abre las puertas casi roídas por la carcoma
y
casi destruidas por la acción alternante
En el éter, se oyen los peculiares cantos de los obreros
ocupados en sus diversas labores;
El
murmullo rítmico de los martillos
de algunos talleres y los confusos
y roncos rumores
desprendidos de los telares,
mientras las negras y humeantes chimeneas
A su alrededor, un vasto pliegue de terreno
,
campos de cultivos con resplandores diversos
asombrosamente bien dispuestos
con cuidadoso metodismo, y donde el pueblo
trazado en la ladera de un volcán
apagado,
deja a sus pies uno de los valles más deliciosos
que jamás se
vieran, haciendo
al forastero que lo visita por primera vez
Campesinos de
ásperas mejillas
atezadas por los trabajos al aire libre,
exentos por completo
de cretinismo,
supersticiosamente aferrados a su caserío al sol,
entregándose
de lleno a la ardua tarea
de mejorar aquellos rincones mansos
de tierra baldía
y abandonadas,
donde reposan las
antiguas heridas
de alguna revolución política.
* * *
No hay comentarios:
Publicar un comentario