El preso que veía a las grullas
En formación de flecha
Las grullas vuelan
A buscar otras tierras
De dorada primavera.
Huyen del azote del frío
De Escandinavia,
Cuando se hielan los ríos
Junto con sus entrañas.
Las noches son gélidas
Cual frío acero,
La lengua se te enreda
Y se espesa el aliento.
¡Ah, quien como ellas
Fuese una grulla,
Y atravesar fronteras
¡Ay, si yo fuese libre!
Para volara tan alto,
Y danzar como el cisne
En apacible lago.
¡Ah, si fuera yo fuego!
Fundiría estos barrotes,
Que aprisionan mi cuerpo
Igual que un lingote.
¡Ya han pasaron las grullas!
Y con las últimas,
Mi ilusión se esfuma
Entre yertas penumbras.
¡Y otro invierno a esperar
Entre frías rejas,
Hasta verlas pasar
En florida primavera.
¡Otro invierno cruel
De noches eternas!
Cual monte Everest
De nieves perpetuas,
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