Perdido en la sierra "Sombras"

Perdido en la  sierra

"sombras"

 

Yo, buscaba con desesperado afán, algún pueblo medio perdido en la sierra, y la naturaleza por completo salvaje que se extendía ante mi fascinada vista poseía la más exuberante explosión de vida, con senderos de vegetación exultante. Añoraba algún rincón apacible donde el reloj de arena jamás se invierte, y donde sus gentes tranquilas, hogareñas y pacíficas, tuviesen otros hábitos, bien distintos de los del  trasiego de la ciudad que acababa de abandonar (Madrid

 

Estas tupidas sierras me parecieron la flor del Edén. Los penachos de las montañas, las flores y las plantas que amueblan y tamizan el lecho del bosque, todos sus encantos fueron enteramente nuevos en el aspecto de aquellas cosas, hasta entonces ignoradas por mí. Mil pensamientos confusos nacían del interior de mi alma y crecían a medida de que se intensificaban los fulgúreos rayos etéreos. Experimenté en suma un movimiento de placer inexplicable, ese que envuelve al ser espiritual, como envuelve la bruma al ser físico. Mis reflexiones eran concordantes con los detalles de estos paisajes tan singulares.

 
Las armonías de mi corazón hicieron alianza con la armonía de la exuberante naturaleza; mas se me echó la noche encima con su tenebroso manto, sin hallar ninguna población ni asentamiento humano alguno, desde entonces he estado vagando por el bosque, errante, ignorando el rumbo, hasta que fruto de la casualidad he tenido la suerte de llegar aquí, junto a usted y sus saltarinas cabras.

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