En la Isla del Paraíso
" El náufrago"
Mientras
remaba hasta la playa, observaba que la nativa
miraba al cielo, y de vez en cuando al lecho oceánico con preocupación. Estaba
inquieta. Y sin cesar de remar,
pregunte qué era lo que le atemorizaba.
La nativa, por mediación de signos y gestos me explicó una leyenda que por lo
visto todos habitantes de la isla creía
a pies juntillas “Que en ocasiones, una enorme serpiente marina con ojos muy abiertos
y luminosos, en rayando el crepúsculo emerge de las profundidades, y cuando
sube a la superficie sacude las aguas
produciendo torbellinos, emitiendo un aullido tan temible, que los animales en
tierra se quedan paralizados, asustando con ello no sólo a los niños y a las mujeres, sino que incluso
asusta a los guerreros. Y después de
cada tempestad se muestra con la forma del arco iris. Dicha serpiente marina
estaba considerada como el guardián de la noche. Aunque a veces le da
por surcar cualquiera de sus ríos en busca de novia entre las muchachas de la
isla.”
Yo, ya era un hombre curtido por el viento y
la sal, y no impresionaron demasiado aquella especie de leyenda, Pues ya era
conocedor de algunas muy parecidas, sobre todo en algunas culturas
sudamericanas, donde la serpiente al igual que los ríos, simboliza la vida,
esparciendo exuberancia y la abundancia en la tierra, fecundándola de energía
cósmica para generar más vida.
En
otra isla remota también me contaron que a dicha serpiente marina le atrae especialmente
la sangre femenina. Por eso, las muchachas jóvenes con la menstruación tenían
prohibido acudir a los ríos a lavarse,
por temor a ser devoradas por este
gigantesco reptil, que bien podría tratarse de una anaconda, pues tenía oído
decir a algunos aventureros, que algunos indios del amazonas aseguraban haber visto a más de alguna con
unas dimensiones que rondarían los veinte metros de longitud y alrededor de un
metro de ancha.
También
en alguna isla de la polinesia contaron que existe una fiera submarina con aspecto de
tiburón con tres colas y tres aletas dorsales y un gran cuerno sobre la frente,
y que es atraído por el olor de la sangre. Dichas bestia, se enfrenta tanto a
piratas como a marineros. De vez en cuando sale a la superficie para tomar
aire. Sin embargo, cuando hace esto, las tormentas entran en erupción, los
océanos rabian y todas las naves son tragadas por él como alimento. Y cuando
hace la digestión, los ruidos que provoca su estómago, hacen que entre en
erupción el volcán de su isla, enjaulando a la luna como un sello en la base
del monte.
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