martes, 5 de febrero de 2019

Dichosa tú¡ oh mujer!


Dichosa tú, ¡oh mujer!

 



Dichosa tú ¡oh mujer!

De belleza inmaculada,

Y dichosa sea tu madre

Que te engüeró en su entraña.

 

Aunque ahora sea vieja

Y su esbeltez de muchacha

Esté hoy curvada.

 

El paso del tiempo

Cubrió de reumas su cuerpo

Y en su frente hay níveas canas,

Ve en ella tú reflejo

Por tu cara  tersa y lozana.

 

Porque como ella

Fue un día deseada,

Y ahora se encuentra

Como un trasto arriada.

 

Dichosos los gritos

Que al viento lanzara,

Convertidos en júbilo

Y en victoria forjara.

 

Los llantos y risas

Entre sí se enlazan,

Las penas, las glorias,

Prosiguen su marcha.

 

Es una moneda

Que tiene dos caras,

Sueños infantiles

Realidades vanas,

Espíritus móviles

Sutiles del alma.

 

Con el tiempo se pierde

Hasta la esperanza,

Y deseas la muerte

Con su fría guadaña.

 


¡Qué viene! ¡Se acerca!

Ya está en tu casa,

Qué viene a llevarte

A su oscura morada,

Donde nadie escapa

de entre sus seis tablas.

***

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario