La última tormenta
El cierzo empujó al bochorno
Y este para vengar su afrenta,
En la Sierra de Santo Domingo
Con cúmulos formó tormentas.
Delirando está “El Pígalo”
“El Pozo Tronco” revienta,
Y en las laderas de El Frago
Abrió todas sus compuertas.
El Arba salta los puentes
Anega las vegas de Luna y Erla,
Y cual zigzagueante serpiente
Todo arrastra con su lengua.
Se expande con brío en el llano
Con sus ocres aguas trémulas,
Todo son brozas y fango
En los límites de Ejea.
Ruje cual jauría de lobos
Y da un zarpazo a “La Berné”
Arrolla sus gruesos chopos
Y se adentra en “el Vergel”
A las dos de la mañana
Todos duermen bajo techo,
Salta el puente de la Llana
Y llega el agua a los ciervos.
A esas horas me levanto
Para así ver la riada,
Un guardia civil con Patrol
Allí está de vigilancia.
Y con su emisora informa
Que el Arba, raya muy alto,
Que atraviesa por “Tenías”
Impidiendo el agua el tráfico.
Ésta, está en su punto álgido,
De seguir dará la alarma.
Mas Dios en todo lo alto
Con su poder dijo ¡basta!
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