El tetrapléjico
Desde aquí, la brisa del
mar es diferente
Al igual que los trinos de los
pájaros,
Todo lo que es vida me es
ausente
Al ocultarse un día en un
cirro estrato.
Desde entonces veo la luz
con grueso velo
Teñida por el dolor perenne
y mártir,
Como no puede ser otro en
un tetrapléjico
Al que se le aferra la
mente aun cuerpo yerto.
Desprenderme de él quiero
para siempre
Para volar como un ave
peregrina,
Aunque para eso sea
necesaria la muerte
La cual deseo. Pero biene lentísima.
Me devoran los deseos de
poder adelantarme
Para que sea una muerte más
digna,
Que el permanecer en la
cama revolcándome
Cual balsa fangosa de desdichas.
La ley de la eutanasia está
impedida
Por creencias morales y de
ética,
Una ética que hace siglos
está perdida
Y aquí, en España, nadie
encuentra.
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