martes, 19 de febrero de 2019

El eco de los grandes estruendos "viajes"









El eco de los grandes estruendos


"Viajes"

 


La vida exterior nos oprime,
las preocupaciones activas
 y ruidosas nos abruman.
Y en medio de esa angustia,
muchas veces llega uno a preguntarse:
¿Qué hago yo aquí?
 Se desea escapar de ese tumulto
 en el que el dolor
forma parte del mundanal estruendo.
 
Se siente la nada;
Pero la cobarde fuerza de la costumbre
 pide gracia a la desesperación.
Uno se condena
sin querer día tras día,
invitándonos a invertir el reloj de arena.
Algunas veces, una tremenda sacudida
 acompañada de inusitados rumores,
hace que tiemble mi pedestal
como si fuese un trueno subterráneo.
Es el eco de los grandes estruendos,
pues ya no se encuentra una torre,
 ni cárcava, ni páramo,
 donde los pájaros puedan anidar en paz.
 
 ¡No hay más que incendios
y armas por todas partes!
Entre los muros de las ciudades,
bajo un látigo implacable,
se añoran las verdes bóvedas
repletas de ecos aspirantes.
Y en lugar de soñar
en los trabajos serviles,
se evocan accidentadas cacerías
con sabrosos almuerzos.
El orgullo aleja de nosotros el objetivo
que nos obliga a perseguirlos
y caminamos siempre al lado
de ese buitre de ojos azules,
sin ver lo suficiente para vivir y disfrutar
de la luz, ni elegir la belleza.

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