Mis viejos amigos
Mis viejos amigos
Son tan viejos
Y con tan mala memoria,
Que ya no se acuerdan
De que lo fueron.
Por tanto, ¿de qué sirven?
Los viejos amigos
Son como futuros inútiles.
La barra del bar
Y el dinero que se tiene en los bolsillos
Son el auténtico presente.
Los juegos y charlas juveniles,
Sólo fueron nubes que arrastró el viento,
La amistad,
se pierde
En los vapores de los años;
Las verdades, son miradas perversas
E infringen dolor,
Pues la memoria juvenil
Se esfuma con un simple parpadeo.
Los viejos amigos,
Son la espuma indeseable de la cerveza;
Salen de sus escondrijos
Huyendo de sus propios purgatorios,
Como cucarachas abstraídas
En su negro caparazón.
Los viejos amigos
Viajan a velocidad de tren expreso,
¡Y cuantas menos paradas tenga mejor!
Pues cabe el riego de tropezarte
con uno que ya lo dabas por muerto,
Y amablemente te invite
A que le prestes un favor;
Y eso, hay que evitarlo a toda costa.
Ya nadie está por la labor de hacer favores,
Estos quedaron en desuso.
El roce forja el cariño,
Por eso, no te molestes viejo amigo
En recordar lo que un día fuimos,
Pues si lo fuimos,
Una jarra de cerveza espumosa y rubia
Bastó para olvidarlo todo.
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