miércoles, 15 de febrero de 2023

Mujer preocupada

 

Mujer preocupada

 

Soy consciente que,

 Te realicé una pregunta inconveniente,

Lasciva y también sangrante,

Esa que flota entre lo frágil,

Como telarañas derrotadas por el viento;

Pero huiste hasta el incendio de tu alma

Como una muñeca surfista

Navegando por las olas de la falsedad,

Donde las placentas del amor

Mueren sin dejar un rastro de  luz;

Tu enjambre de sueños

Levita cual tropel  de gacelas

En la sábana trivial,

Sorprendidas por la fragancia

De los gladiolos del mundo.

Tus pechos crecieron sin querer

Y amamantaron queriendo;

Aunque a veces, tus pezones,

 Punzaban como agudos alfileres.

Sé que pasaste mucho tiempo

Remando contra vientos y mareas,

Mientras el cielo se estrellaba  

Contra el precipicio de la noche.

 ¿A dónde pretendes llegar?

Ya sé que esta pregunta corroe las entrañas,

¿Quizá hasta la gran tormenta

Esperando a que algo cambie?

Así llevas ya  varios lustros,

Y el tiempo no piensa

Ni determina un deseo.

Tu corazón humea

Como una taza de café hirviendo;

Más necesitarías que hirviera no las palabras

Para quitar el amargor de tu garganta,

Acrecentado por las cucharadas

Que se van añadiendo cada día.

Quizá esta sea tu herencia:

La de intentar ganar la batalla al tiempo;

Pero el tiempo, se desploma 

Sobre el calendario de los hombres,

Obligándolos a agachar la cabeza

Como lo hacen las ramas del sauce llorón;

Más no se trata de luchar con fe

La fe, es un pretexto para arrojar los relojes

Al lago que recoge las aguas

Provenientes del deshielo de las montañas.

Supongo que debe ser agotador no encontrar la frontera

Cuando la semántica del horizonte  prospera

En la capsula de las emociones;

Las hojas de la adolescencia

 Se han puesto amarillas,

Llegaste sin querer al otoño,

Un otoño que descarrila de forma cruel

Debido a las envidias y a los abusos,

Por eso, tu cárcel es perfecta,

Y tú odio,  refinado;

Pues nunca nadie te avisó

De que tu primavera

Pudiese ser insoportable;

Y el futuro,

No se puede sostener en la punta de un junco,

Pues siempre acabará  vencido

Por el excesivo peso de las preocupaciones.

 

 

 

 

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