SE DESCONOCE
EL PRECIO
DE UN POEMA
La
brisa desnuda acecha
a los fantasmas de la noche,
que jadeantes, se dejan caer
en
las frondosas sombras,
para
después mecerse en las pestañas
de
los recatados ojos de la gente.
El
alcohol ahoga nuestras despreocupadas penas
derrotadas
por los esfuerzos
de
una excesiva edad
inutilizándonos
para luchar por la vida.
El
hombre es demasiado combustible
en
la caldera del fuego,
donde
se soliviantan las huellas inocentes
con
una canora risa
que
se enfría en los aduladores versos
no
publicados todavía.
Uncidos
en los labios
que
exhalaron bellas sensaciones
para
agrado de señores feudales,
los
cuales no saben realmente el precio
del poema de un hombre,
que
aún necesita de su comprensión.
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