¡Hay
que joderse!
El mundo, puede ser una guía turística,
O libros biográficos emborronados de tinta
Tras ser empapados por la lluvia.
El mundo puede ser inocentes dibujos de niños,
Pero también patíbulos, alambradas de espinos
O ilusiones
como vientres flotantes de peces muertos.
La corteza del mundo está compuesta
Por calaveras que presienten la muerte lenta.
Unos hay que nos matan
Y otros huimos de pavor;
No podemos luchar ni convencer a las balas
Para que cambien de trayectoria,
Existen los pirómanos que disfrutan
De la destrucción de los árboles,
Por el morbo que existe de que ellos no protestan,
Ni pueden escapar de la antorcha incendiaria.
Los seres superiores pintan de sangre la geografía,
Más nos hipnotizan, y encima les votamos.
¡Hay
que joderse!
Pero bueno, nos podemos dormir en los laureles
Y al despertar suspiramos:
¡Menos mal que todo era una pesadilla fruto del
sueño!
Más luego,
apenas das dos pasos,
Y no ves más que figuras fantasmales
Que parecen caminar sin rumbo.
Quizá el mundo es muy viejo,
Sus piedras son viejas,
Y sus abismos, infinitos;
¡Pero hay que aguantar con el trágala!
¡O revienta por la desesperación!
El mundo se mueve provocando dolor,
Hoy te toca a ti, mañana será el otro,
O aquel que no sabes siquiera quien será.
El problema es cuando te toca a ti,
O a alguien cercano de tu familia.
El mundo es frío y luciente
Como el hacha de un patíbulo,
Y lo más extraño, es que pese a vestir con harapos,
Aún haya quienes componen poesías,
¡Cuando toda esta vida es una puta mierda!
Más nos ponemos la carátula
Y decimos que aquí no pasa nada nuevo,
Tiempos pasados hubo peores,
De modo que compartimos el desastre
Y nos comemos su mierda;
Sí, mierda para todos, menos para los Césares,
Los de la charla fácil,
Los Charló, que se comen sus propias botas
Y encima dicen que les gusta.
Habría que tener ojos de búho
Para ver la luz en la más completa oscuridad.
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