martes, 21 de febrero de 2023

La partida quedó en tablas

 

La partida quedó en tablas 


La hoja estaba en blanco,

Retándome,

Como si fuera un pistolero

Del antiguo Oeste.

Me miró fijamente,

Sus dedos temblaban

E incitaban a que desenfundase;

Le hice varios amagos;

Pero no se alteró;

El duelo era a muerte,

Aunque sin violencia,

Ninguno de los dos

Deseaba derramar sangre;

Lo importante era

Conseguir la humillación

Por ambas partes.

La hoja no se rendía,

Era orgullosa,

Quizá confiaba en su extensión,

Hoy, ni  tú, ni nadie,

Podrá conmigo.

La tarde comenzaba a proyectar sombras,

Y en la quietud del silencio,

Comenzó a hacer frío;

Más me veía en la obligación moral

De conquistar su campo;

La hoja lanzó unas palabras:

Amor, flores, hojas mustias;

Pero yo, no caí en la tentación;

Ese campo estaba demasiado trillado,

Quizá lo más adecuado

Fueran la venganza, el pánico,

Un mundo policial.

El reto, debería quedar en reto,

Donde no hubiese un claro  ganador,

Una partida de ajedrez

Donde se firman tablas.

Hay días, que uno no se encuentra católico,

O no está en lo que se celebra;

Ya bastante es  coger el bolígrafo

Y mirar a la cara a una hoja en blanco,

Cuyo pentagrama emocional

Siempre es demasiado alto.

 

 

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