lunes, 13 de febrero de 2023

Siempre habrá algún Quijote

 

Siempre habrá algún Quijote


 

Los continentes, se han fracturado tanto

Que, las placas tectónicas,

Ya no dan más de sí;

Todo se impregna con el aliento fétido del dolor,

¡Como si ya no se hubiese sufrido lo suficiente!

Todos acudimos al funeral de la vida

Debido a su herida profunda.

El cuerpo ya no siente las venas,

Tampoco el cielo,

Porque éste,  ha sido emponzoñado

Por el humo provocado

Por las ramas verdes de la miseria.

Todos los suspiros son lanzados hacia el norte,

Creyendo que de ese modo seremos más iguales;

Pero las almas no riman ni congenian

Con los pueblos meridionales,

Aunque intentemos ser camaleones

Para adaptarnos al paisaje que nos rodea.

Los viajes de Ulises, quedaron para la historia,

La estrella del sur, ya no impresiona  a los enamorados,

Porque su esencia fue mordida por las fauces de su cenit.

Dicen que todos somos iguales ante el cielo;

Pero el cielo nos muestra su sol abrasador

Donde sólo sobreviven los centauros.

La mina del negro se agotó,

Sus árboles fueron golpeados

Y el oro de sus ojos quedó fulminado.

La soledad, y lo que  aún es peor,

La indiferencia, se pasea ajena

A los males de un mundo mal repartido,

Por más que los humildes lloren,

Siempre habrá un mar que haga de frontera.

La lluvia se confundió,

 Tanto de estación, como de latitud,

Haciendo la vida miserable.

Creando  así un laberinto que no entiende de idiomas,

Mientras, en el norte, 

Se sigue metiendo la cabeza en el suelo

Para no ver el horror de su terrible ocaso.

Los brazos ya no abarcan para abrazar al hombre,

Mientras la enfermedad y el hambre

 Campan a sus anchas por las sábanas, 

Donde el baobab, hace años que no regala pan.

Todo nos queda distante,

Quizá la culpa sea del Mar Nuestro,

Y de los alambres de espinos

Que hacen abortar las esperanzas.

Aunque sigamos teniendo veinte dedos,

Y dos ojos para ver los simples simulacros

De parecer que estamos haciendo algo loable;

Cuando la realidad, es que no vemos

Más que sombras y figuraciones.

Nuestras diferencias son invencibles,

Las cuales, naufragan

En los abismos del mar.

Nos convertimos en jueces y fiscales,

Y al que pide ayuda le damos castigo,

Por culpa de unas leyes que abrasan el sentido común.

Añoramos el chasquido del látigo en la espalda,

Y la continua reverencia.

Más la historia camina por los campos de la Mancha

Y siempre habrá algún Quijote,

Que con su lanza, intente aniquilar

A los inquisidores del viento,

Rémora y desgracia de todos nuestros males.

 

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