AÚN PERVIVEN TUS
RECUERDOS
Si tu existencia a la mía aferrada
transcurriese, monótona y oscura,
tu imagen desleída y apagada
no emitiría halos de dulzura.
Hoy te escribo porque no puedo
hablarte
de todo lo que siento contenido
en mi alma, que de tanto desearte
te ve cerca pese a que te has ido.
¿Quién puede borrar este
sentimiento
cual fantasma salido de la noche?
El amor es morir sin un lamento.
Un recuerdo
sutil que engarza el broche
del tardío y lejano juramento
de no
hacernos jamás ningún reproche.
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