Ya
no acierto a enhebrar la aguja
Ya no acierto a enhebrar la aguja
Por más veces que cambie de hilo o de color,
El agujero de la aguja se hace más pequeño;
Pero tan pequeño, que desaparece.
Yo antes bordaba flores,
Flores bonitas, de colores bonitos;
Ahora al verlas, parecen estampas navideñas
Que se envían por carta a novios o hermanas;
Pero el sino de las costureras y tejedoras
Es devanar los hilos de la vida,
Como la larva hila su capullo.
Ellas trabajan para nosotras la mejor de sus telas
Y nosotras esperamos llegue el turno de noche
Para hilar y bordar rosas de seda.
Los anhelos cierran sus ojos
Y descubre los pétalos,
Pétalos de un mundo bien bordado
Sobre el paño blanco de nuestra piel,
La piel se desgarra como lienzo viejo
Y los gusanos devoran la seda
En medio de su soledad.
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