¿Dónde
está el punto medio?
I
En esta vida se puede ser secuoya o bonsay,
Un gigante o un gnomo,
Grande o
pequeño, he ahí la diferencia:
La cuestión es si aceptamos la realidad
Y sabemos conformarnos con lo que somos.
Ser grande, también tiene sus desventajas,
Ya que lo grande, se ve más,
Sus influencias son mayores,
Donde hay más, es sinónimo de abundancia,
Ostentación y lujos,
O cuando menos admiración.
¿Y quién no quiere lujos para sí?
Siendo que, con frecuencia,
La vida, se nos presenta como un cuello de botella
Aprisionando sin permiso el estómago,
Entrando en juego carencias y privaciones,
Las cuales, nos impide desarrollar el espíritu,
O la capacidad intelectual,
Para que la vida sea más acorde
Con el objetivo por lo que Dios nos creó.
Sin aspiraciones, los medios que se muestran
A nuestro
alrededor sobran,
Pierden su valor intrínseco.
Por el
contario, la esencia,
Por todos es sabido que se guarda en frascos
pequeños.
Las flores más perfumadas suelen ser pequeñas;
Aunque hay flores que son letales:
Tales como la del estramonio, la adelfa,
La belladona, la cicuta, el acónito…
Las secuoyas, coronan los cielos;
Sin necesidad de engalanarse con flores,
Sólo son madera, resina y clorofila.
Un mar pequeño es más calmado que un océano,
Donde las tempestades se extienden por doquier
Con su empuje y su furor destructivo.
También es verdad que algo pequeño
Puede causar dolor, cuando no la muerte;
La viuda negra es una araña pequeña; pero mortífera;
El escorpión es pequeño;
Pero puede causar un dolor terrible.
La ballena azul, es enormemente grande;
Pero es una Mobi-dic pacífica, que no se mete con nadie;
Sin embargo, somos nosotros los que nos comportamos
Como tiburones blancos u orcas del océano,
Al verlas presas fáciles para saciar
Nuestro instinto devorador.
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