Viajes
nocturnos
II
Mis vuelos nocturnos,
Sirven para fotografiar una mente compleja,
Que, a veces,
comporta de una manera extravagante,
Pues no siempre se ven las cosas de color rosa,
Dado que los tonos grises suelen colarse por medio.
Es entonces cuando la soledad se aviva,
El silencio se convierte en sonoro incienso,
Y es cuando la canción tantas veces tatareada
Se convierte en letra,
Una letra que todo el mundo puede entender.
Los amigos, las verdades, las flores, los pájaros…
Todos entran en acción en un teatro
Que, diariamente, escenificamos
Con nuestro proceder y nuestros actos.
Mañana puedes ser
tú
La protagonista sin saberlo,
Pues el director de dicha obra
Guarda a sus personajes en secreto
Y sólo te puedes dar cuenta
Una vez que lo has leído.
Si tienes dudas no las tengas,
Es nuestra forma de ser,
Te lo dice un poeta.
Si a tu lado pasa un hombre extraño,
Si proyecta sobre ti su mirada,
Calla y sigue su camino,
No hay duda, es él
Quien ya te ha radiografiado
Hasta el menor de tus músculos;
Y conocerá de antemano
Tus amores, tus ensueños,
Tus temores y también tus infiernos.
¡Pero no temas!
Nunca pronunciará tu nombre,
Porque tu nombre
nada importa,
Sólo importa tu último pestañeo,
Y el ligero movimiento de tus labios.
De hecho, ha pasado siempre,
Serás un número más
En esta tragicomedia
En que la vida se ha convertido.
Pues existen los poetas
Soñadores al fin y al cabo,
Realizando el trabajo cometido
Pues el destino con ellos ¡es implacable!
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