jueves, 12 de enero de 2023

Sesenta y seis avispas

 

Sesenta y seis avispas




 A los sesenta y seis años,

Mi juventud se ve reflejada

En los besos del pasado,

En las penas que descubrieron mis ojos,

En el silencio del llanto,

Y en el despeñadero mundano

Donde se aviva la tristeza.

Mi juventud llora e inca de rodillas

Ante el altar del recuerdo,

Dejando las estelas de la inocencia

En bosques ya extintos.

A los sesenta y seis años,

Hurgo en la primavera,

Donde las flores temblaban a mi paso,

Y el cartero, transformado en viento

Tocaba  mis labios de barro.

A los sesenta y seis años,

Me sonríe la arruga,

Y los semáforos se tiñen de carmín,

Siendo incapaz de esquivar dicha luz;

Porque no se puede vivir  en libertad

Estando atado con cadenas de nostalgia,

Ni con genios que van colocando trampas.

Mi fuego ha sido  extinguido

Por sesenta y seis tolmos de hielo,

El reloj del futuro se oxidó,

Y sus saetas se estancaron en mis rodillas.

El niño no me avisó de las avispas,

Ni del polvo que se filtra en las tumbas.

Las avispas son insectos hermosos

Cuando no te pican,

Pero a mí, me han picado

Sesenta y seis avispas de golpe.

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