La
señorita y su perro
Una señorita paseaba con su perro,
Era un suvenir más de su elegancia;
Pero por imperiosas razones
Decidió el perro hacer sus cacas.
Lo hizo en la puerta de un vecino,
En bolitas
depositó su gracia;
Más miró a su alrededor
Y como nadie pasaba,
Allí le dejó el regalo
De perfumada fragancia.
Ella era una señorita,
Y se le caerían los anillos
Si alguna vez se agachara,
Para recoger aquellas margaritas
Que el perro dejó sembradas.
Al descubrirlo el vecino
Saltó para no pisarlas,
No fuesen a quedar pegadas
En sus flamantes sandalias.
Aunque de ello se quejó
Jurando al cielo con rabia,
Por el indeseado regalo
Que alguien le dejó en su entrada.
Más este estuvo al acecho
De todo aquel que pasaba,
Y fue justo al día siguiente
Cuando se encendió la alarma.
Un perro que parecía
Ser del todo una monada,
De nuevo paró en su puerta
Dejándole otras dos cacas.
La señorita, miró a otro lado
Como si nada pasara,
Su perro había acostumbrado
Ya era el Wáter de su casa;
Pero este bien aireado
Sin muro, pared, ni tapias.
Y al ver que la señorita
Ni un cabello se inmutaba,
Decidió a ella dirigirse
Formulando estas palabras:
-¡Señorita que es princesa
Y que vives en palacio!
¡No te vayas de mi puerta
Sin recoger lo aliviado!
-¡Es que no me he dado cuenta!
¡Perdone si he molestado!
Si bien su puerta es perfecta
O el perro así lo ha pensado.
Déjeme usted que le diga
Que me deja impresionado;
Pero retire las mierdas
Que su perro me ha dejado.
-Se me olvidó
coger bolsas
Y no podría con la mano,
Pues como comprenderá
No es algo que sea de agrado.
-Por hoy, yo
se las retiro
Y limpiaré con lejía,
¡Pero no vuelva a intentarlo
Pues esto, no es cosa mía!
Y si mañana usted pasa
Y se repite la acción,
No le quepa duda alguna
Que quien la limpie sea vos.
_No se preocupe caballero
Que no volverá a ocurrir,
Pues buscaré otro sendero
Donde a nadie pueda herir.
-Esta vida es una mierda,
Tu perro lo ha demostrado,
Cada día nos lo recuerda
Si el amor no has encontrado.
Hay quien tiene por pareja
A un perro mal educado,
Y quienes están solteros
Porque en él nadie ha fijado.
Señorita le propongo
Cambiar su perro por mí,
Y me saques de paseo
Pues muy solo encuentro aquí.
-¿Y con el perro qué hago?
-¡Pues lo dejas por ahí,
Que a mí antes me dejaron
Y logré sobrevivir!
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