El
Dios blanco
Dicen que Dios viene nadando
Por entre las olas del mar,
Aunque con tan poca fuerza
Que casi no puede bracear.
Ya ha tragado tanta agua
E ingerido tanta sal,
Que tiene la cara blanca
Como la espuma del mar.
Sólo asoma la cabeza
Para poder respirar,
El cuerpo lo tiene hundido
Preso por su realidad.
Hay quien lo ha visto en la orilla
Varado como una ballena,
Tras perder la orientación
De esta vida lisonjera.
Quiero que se recupere
Porque ansío oír su voz,
Como lo hizo al comienzo
Dándonos la redención.
El borró todos fantasmas
De nuestra imaginación;
Más los fantasmas han vuelto
O al menos, es mi sensación.
Si Dios se cayó en el mar
No podemos hacer nada,
Salvo a animarle a nadar
Y encuentre pronto la playa.
Recorra a gusto el camino
Para hacer un mundo nuevo,
¡Y no se vuelva tan blanco!
¡Pues tan blanco, no lo quiero!
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