El
gato escaldado
II
Ahora si la veo, me cambio de acera
O permanezco detrás de ella para no ser visto;
Pues la trampa, puede estar oculta
En cualquier rincón o en cualquier brizna
Y no deseo ser atrapado nuevamente.
Es mejor dejar las cosas como están,
No espero que nada de lo prestado sea devuelto;
Pues vale más que te deban cien a mil;
Ya que si no llegó a lo poco
No puedo ni debo confiar
En que se me devuelva lo mucho.
Ante esta situación lo único que cabe es el repudio.
Yo, ya he sido escaldado muchas veces
Por lo tanto, mi espíritu de gato
Me indica que por precaución me aleje
¡Y cuanto más mejor!
No se le pueden pedir peras al olmo,
Pues quien tiene adquirida esta mala condición
Se convierte en un árbol torcido,
Al cual, si lo intentas enderezar
Lo más probable es que se acabe partiendo.
Dicen que las personas pueden cambiar;
Pero ya sería
tener suerte
Cuando alguien lleva como compañero al hábito,
Pues el hábito, acaba por convertirse en costumbre,
Y por lo tanto, en un medio de vida.
Este gato negro se va
Huyendo de las sombras de la noche,
Pues la noche, es la guarida de los monstruos
Que al al acecho esperan a su próxima víctima.
Yo, ya he sido escaldado,
Y por tal motivo, he sido su víctima.
El sol, hoy sale de nuevo para mí
Y por eso, me encomiendo
A sus benéficos rayos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario