Versos
malditos
I
He procurado dispersarme
Como lo hace la tormenta en el embravecido mar,
Pues no quiero ser esclavo
Ni de corrientes filosóficas,
Ni de engañabobos con toga.
Quiero dispersar el miedo, la envidia,
El odio, la burla, la ira…
Para que no se concentre en un solo ojo
O en un solo oído.
Sabido es ya que, una casa construida sólo de adobe
Luego, nadie es capaz de parar el arrebato del agua.
La esperanza ciega a los náufragos
Y el corazón cae en sus abismos oscuros.
Los rolles, con majestad innata
Extenúa al indomable labio
Sobrecogido en su perfume de tristeza.
Los sueños pueden ser etéreos
Como el gorjeo de los pájaros;
Pero la única verdad es la tumba abierta
Y el frío surco del larguísimo rayo;
Más cuando la temblorosa vida alce sus manos
Es señal inequívoca de rendición y cobardía.
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