REDIL ANGULAR
En
la bifurcación de un camino pedregoso
fecundan
las someras raíces
del
reino de las anoréxicas sombras.
Taciturnas
bestias levantan los párpados
como
flores hambrientas,
mientras
la tierra se turba
por
los prodigios de un sol mancillado.
Se
balancean sus oblicuos rayos
en
las mancebas alegrías de mi infancia;
sueños
de ilusión y gloria
tal
si fuesen volcanes de oro.
Susurros
de palomas torcaces
danzan
en el sobrealiento de un alba azul
que
desparrama sus desengaños
en
el mástil petrificado
El
hombre, orlado con la poderosa raza
discrepa
de los designios de su ánima,
agitando
las concupiscencias de su espíritu
como
bestias desatadas
en
el redil angular donde surgió la luz.
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