La vida es una rueda
Blandea la espada
Y sostiene en alto,
Con puño de hierro
Viene a liberarnos.
Ya todos aclaman
Vitorean y aplauden,
A la gentil alma
De poderes astrales.
Rompe las cadenas,
Los yugos innobles,
Lágrimas y penas
Extirpa del pobre.
Bienvenido seas
Tú, el libertador,
De los oprimidos
De esta nación.
En un corcel blanco
Llegó un adalid,
Restalló su látigo
Y empezó a rugir.
A todos asusta
Y escapan corriendo,
Al verle la fusta
Con borlón de acero.
¡Libertador!
¡Libertador!
Sálvanos del adalid,
Que es peor que el anterior
Y nos hará más sufrir.
En singular combate
Con trampas y ardides,
El adalid fue triunfante
Y marcó sus directrices.
Construyó un trono de oro
Después llenó sus alforjas,
Y con la piel del libertador
Mandó trenzar una alfombra.
Al pueblo lo avasalló
Y lo puso a su servicio
Y este llegó a acostumbrarse
Pasaron algunas décadas
Y llegaron nuevos siglos.
Murió el adalid;
Pero reinaron sus hijos.
Blandea la espada
Y sostiene en alto,
Con puño de hierro
Viene a liberarnos.
Ya todos lo aclaman,
Vitorean y aplauden
A la gentil alma
De poderes astrales.
Rompe las cadenas,
Los yugos innobles,
Lágrimas y penas
Extirpa del pobre.
Bienvenido seas
Tú, libertador
De los oprimidos
De esta nación.
¿Y qué pasó?”
“La vida es una rueda
De guerra y de gloria,
Unos, hay que nos liberan
Y otros, atan con maromas”
***
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