Donde se pinta la voz y se modela el viento
Fulgura el hacha inmóvil
clavada en las anchas espaldas de la
luna.
Su corazón de cera palpitante
se extravió en la noche primigenia,
donde el ídolo en su desvarío
alimentó su orgía tenebrosa
absorbiéndole la negra sangre
a la esponjosa piedra pómez.
Mil vigías invisibles
se arrodillan ante el paso ceñido
de la sierpe tránsfuga.
Su mirada quebrada por el cansancio
aletea
en los ojos de los dioses
que duermen bajo su manto de luciérnagas.
La nube con rizosa cabellera de
bejucos
lanza su relámpago de victoria
sobre las cenizas de la mañana,
mientras una mueca helada
se estrella en el maíz de las
estrellas.
El alba derrota sus múltiples brazos
por el oro caliente de mansa locura,
y un petrificado mar de risa hueca
destila sus olas sonoras
en el rompiente ocaso
donde baila el verde cataclismo
al compás del cien pies de la mujer.
Combustible cereal
almacenado en su falso mundo
donde se pinta la voz y se modela el
viento.
* * *
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