viernes, 28 de diciembre de 2018

Nuevas hordas


Nuevas hordas
 

 


Han venido para quedarse

han traído  a sus familiares,

por eso amigo quiero anunciarte

que dentro de poco serán millares.
 

Están invadiendo hordas extranjeras

no portan espadas para matar,

hoy se hace de otras maneras

si están bendecidas en nombre de Alá.
 

¿Dónde quedó nuestro orgullo

hidalgo y noble español,

si en vistas hay un futuro

de pesadilla y traición?
 

Miro a mi alrededor y me pregunto:

¿no me habré equivocado de ciudad?

Antes las puertas estaban abiertas

y a nadie faltaba un cacho de pan.

 


A todo aquellos que los apoyan

los mandaría a un escogido lugar,

donde les fuera imposible

a mi nación querida volver a pisar.

 

Algunos dirán que soy alarmista

que todas estas gentes desean la paz,

que han llegado de un país sin trabajo

pues todas sus riquezas son de la Casa Real.

 

Por  eso yo os digo, si tanta falta les hace,

¿por qué no se lo dicen a su Insigne Majestad?
 

Estamos invadidos, no hay más que verlo,

allá por donde mires verás  a un musulmán,

ellas están cubiertas por vistosos pañuelos

y ellos con chilaba portando EL Corán.
 

Luego hablaremos de España

sólo por lo que un día fue,

porque el presente no engaña

no hay gloria…Ni honor…Ni fe.
 


Pero brindemos amigos.

Brindemos por la suprema estupidez

y por las hojas de menta

que condimentan su té.
 

Brindemos todos, brindemos,

brindemos si todos tenéis  a bien.
 

Y la luna de plata se apoderó del río

y en sus cálidas aguas no me pude bañar,

siempre lo había hecho hasta el estío;

 pero ahora tiene dueño, alguien logró comprar.
 

Se les propuso comprar el río y lo vendieron

¿podrán comprar otro día también el cielo?
 

Pero que siga la fiesta y brindemos amigos

aunque ya no tengamos nada que celebrar,

pues el sol se ha eclipsado por la luna de plata

y ahora en España reina la eterna oscuridad.
 

Ya sólo se habla de España por lo que fue

porque el presente no engaña.

No hay gloria… Ni honor… Ni fe.
 


Pero brindemos amigos

“por nuestra estupidez”

y por las hojas de menta

que condimentan su té.
 

Y para aquellos que piensan

que nada pasa,

que se lleven su religión

para su casa.
 

Nos están invadiendo

porque de buenos somos tontos,

y ya todo parece darnos igual;

pero aún quedamos unos pocos

que tachan de racistas

por defender la libertad.
 

Nací en un país libre

y libre doy mi opinión,

que no quiero que se humille

a mi bendita nación.
 

Y para aquellos que piensan

que nada pasa,

que se lleven su religión

para su casa.
 

Pero brindemos amigos

“por la suprema estupidez”

y por las hojas de menta

que condimentan su té.
 

Ya sólo se habla de España

por lo que un día fue,

porque el presente no engaña.

No hay gloria…  Ni honor… Ni fe.
***

 

 

 

 

 

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