domingo, 30 de diciembre de 2018

¿Por qué difundiste mi secreto?


¿POR QUÉ DIFUNDISTE

MI SECRETO?

 

 


 

 

Te dije que me guardaras el secreto,

que debería de quedar entre tú y yo,

que no debería enterarse ni el viento

porque el viento extendería sin remisión.

Cuando el secreto es inconfesable,

cuando el secreto es íntimo del corazón,

el secreto no lo debe saber nadie

porque entonces se convierte en humillación.

Ya sabías que aquel hijo no era tuyo.

Dijiste que lo querrías con inusitado amor,

que te tragarías todo tu orgullo

y que lo defenderías con honor.

Ya ese juramento se ha perdido

tras el paso de dos años de pasión,

y ahora otra rosa ha florecido,

y ahora a otra rosa das tu amor.

La excusa tonta que  pusiste entonces

para conseguir nuestra separación,

fue que corría savia de otro hombre,

por las venas de aquella inocente flor.

Me has dejado totalmente abatida

con un nudo en la garganta e indefensión.

¡Pero qué cruel se presenta la vida

cuando se empañan sus cristales de dolor!

¡Dolor..., dolor..., solamente dolor!

¡Pero qué bajo has caído con tu traición!

¡Qué crueles son los secretos del alma

cuando dañan a un retoño querido!

Pero el tiempo hará retoñar  la esperanza

como árbol al que con el hacha se ha herido.

Pero no sufro por mi, ni por mi carne,

ni tampoco por el que ahora dirán,

sufro por el hijo de mi misma sangre

que ya nunca ha de ver a su papá.
 

Ahora junto a él me iré a otro sitio

donde tu espina pueda un día quitar,

pues ya tienes a otra rosa florecida

para poderla tranquilamente deshojar.
 

* * *

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