Te
vi llegar por la tarde
Me dio un vuelco el corazón,
Presto
dispuse a enviarte
El
símbolo de mi pasión.
Un
ramo de rosas rojas
Con
lazo azul en tu honor,
Y
en una hoja una notas
De
bienvenida mi amor.
Tanto
alegró tu llegada
A
este pueblo campesino,
Que
repicaron las campanas
Y
de nuevo cantó el mirlo.
Aquí
tienen su morada
Todos
fieles peregrinos
Con
estancia pagada
En
su relax del camino.
Tu
viajas por un sendero
En
verdad muy retorcido,
Nunca
te faltó un te quiero
De
éste que lo es tu amigo.
Aquí
tengo mi terruño
Al
igual que mi cobijo,
Al
que te ofrecí con orgullo
El
día que nos conocimos.
No
me dejes, no te vayas,
No
te vuelvas a marchar,
Si
no, en toque de alborada
Las
campanas sonarán.
Y
mi corazón sediento
De
tu dulzor y cariño,
Ha
de permanecer yerto
Con
el crespón del olvido.
Sé
tú racimo de uva
Pata
exprimir yo tu jugo,
Que
con el amor conjuga
Y
a diario consumo.
Y
si un día tiene el fin
O
desvanece cual humo,
Aún
quedará el negro hollín
En
mi corazón oculto.
***
No hay comentarios:
Publicar un comentario