Cuando
siento en mi cuerpo
la
llama que embriaga,
me
hallo entonces dispuesto
en tu
boca a sofocarla.
Pues
cuando me miras
se
enciende mi pasión
y mi
alma encendida
activa
mi vida
buscando
tu amor.
Hay
miradas que avivan
y
miradas que matan,
si
estas son confundidas
o mal
interpretadas.
Hay
palabras que hieren
y
silencios que ensalzan,
y
gestos que provocan
humillantes
derrotas
o
victorias laureadas.
Dime
por favor
que es
lo que sientes,
y que
pasa por tu mente
cuando
me miras.
Dímelo
para ser consecuente
si
esto es el ancho puente
que
une nuestras orillas.
Ay,
dime mi amor por qué te expones
a
ponerme tan almibarado,
flameando
azulados crespones
sobre
este enamorado.
Tú
circulas por mi vida
cual
siroco en el desierto,
pues
no hay dirección prohibida
ni
callejón sin salida
en las
calles del sentimiento.
Aunque,
no sé, si esto es un sueño
o
estoy despierto soñando,
pues
es tal mi arrobamiento
que la
realidad no encuentro
pese a
que la ando buscando.
Sólo sé
que hay una llama
que
está por dentro quemando.
Es la
llama del que ama
dentro
y fuera de la cama
siempre
otro beso deseando.
* * *
No hay comentarios:
Publicar un comentario