Isabel
Tú, eres la blanca flor que aviva el alma,
La que los áureos rayos languidece,
Eres tú, la que se lleva la palma
Eres tú, mi ninfa. Eres mi dríada.
La náyade que siempre me enloqueces,
Cuando atisbo el fulgor de tu mirada
Eres tú, esa magnánima escultura
Tantas veces en mi mente cincelada
Tú, serás mi bandera enarbolada,
Tú, mi bajel de esbelta arboladura,
Tú, mi aquilón de amor en la alborada.
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