Los señores feudales
Los
señores feudales,
Tras
riquezas de cuna,
Usan
buenos modales
Para
negar su ayuda.
Despliegan
sus ribetes
Ignitos
de dulzura,
Sólo
con sus parientes
Se
quitan la armadura.
Son
muy voluminosos
E
inflaman cual espuma,
Duermen
con un solo ojo
Y
ocultan tras la bruma.
A
veces son tranquilos,
Más
si los apabullas,
Desatan
sus rugidos
Con
el furor de un puma.
Con
sus alas de albatros
Llegan
hasta la luna,
Donde
tiemblan de espanto
Sus
cráteres y dunas.
Los
señores feudales
La
fría noche embruja
Y
los que nos son sus iguales
Los
consideran chusma.
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