En
carne viva
Trae el amanecer antorchas vivas
Como viva es la arena de la playa,
Cuando el mar proceloso le restalla
Con sus olas espumosas y explosivas.
Con las manos desnudas y abrasivas
Me enfrento a este soneto cual
muralla,
Difícil de rimar donde los halla
Por sus muchas palabras radioactivas.
Escribir me desgasta y me suscita,
Mas no será vano el esfuerzo puesto
Cuando el último verso lo consiga.
Su acento grave, alado resucita
Y emprenderá la marcha sin pretexto
Cuando un nuevo soneto me persiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario