La espina que me atraganta
“Soneto”
Oí
en tus labios el canto sonoro
De
alegres jilgueros y ruiseñores,
Y
al cantar desvelabas tus amores
Acrisolando
en ellos tu tesoro.
El
amor ensalzabas, era oro,
Y
en tus ojos los vivos resplandores
Confundían
el candor de las flores
Que
de envidia irrumpían con su lloro.
Mas
el delirio se tornó en espada,
Al
extinguir la voz de tu garganta
Diciendo
claramente que era a otro.
Eras
mi ninfa de siempre añorada,
Ahora
eres la espina que me atraganta
Y
pone encabriolado como un potro.
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