Así purgo mis culpas
Si
tuviera que irme al desierto,
No
tardaría en acostumbrarme
A
sus tormentas de viento,
Con
polvo y arena asfixiante.
Arena
que ciegan los ojos
Y
que en los pulmones ronca;
Tanto
si es cierzo o bochorno
Los
dos con furia aquí soplan.
Hay
tres molinos que rugen
Voraces
rompiendo piedras,
Y
la arena que producen
Dos
zarandas, zarandean.
Los
tres forman un triangulo,
Para
más señas, isósceles,
No
es de extrañar por lo tanto
Que
me pillen donde me coloque.
Porque
esto no es un hondo,
Sino
que es una cantera,
El viento y el sol caen a plomo
Dado
que está descubierta.
Tan
solo tengo de amparo
Una
pequeña caseta;
De
anchura tiene dos palmos
Y
por techumbre, chapas viejas.
Sin
duda aquí estoy purgando
Los
males que algún día hiciera,
Como
un negro trabajando
¡Por
un salario de mi... miseria!