Cuando me despierto de mi espinoso sonambulismo
recobro el espíritu de las ensortijadas flores,
guirnaldas que se encienden en el agua marina ,
indomable carnicero alado sin fronteras lunares,
gárgola engendrada en la noche del terror
donde infernales baluartes fueron sostenidos
por puños de hierro,
sometiendo el orgullo augusto de la patria
que hacinada en canciones
royeron el duro siroco de los desiertos,
cruz de los pobres.
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