lunes, 11 de agosto de 2025

Del país de nunca jamás

 


Del país de nunca jamás



Yo, no soy una bruja;

mas  disfrazada parece que lo soy,

a ciegas, enebro agujas,

si chillas, quieta me estoy. 

Soy una bruja  bailona,

por tanto, gusta bailar,

aunque sea con la escoba,

con la que limpio el hogar.

A veces incluso bailo

si escucho al búho real,

encaramado en lo más alto

del frondoso robledal.

Por los cuernos cojo al chivo

si la danza es  ancestral,

oyendo  hasta los  latidos

de su corazón mortal.

A veces, creo que vuelo

como un águila imperial,

para mí todo es el cielo,

un cielo de eternidad.

Mis estudios se concentran

en planta medicinal,

desde setas afrodisiacas

a veneno de alacrán.

Con ellos hago mis pócimas

cuyo efecto es magistral,

me eleva a nubes rosadas

que convierto en huracán.

Entonces todos los pájaros

huyen al bosque a ocultar,

pues les da miedo el relámpago

y el trueno de tempestad.

Mas luego todo se pasa,

llega la tranquilidad,

porque es cierto que soy bruja,

Esa es mi especialidad.

Hago que mi flauta suene

estremeciendo al timbal,

tras encenderse la hoguera

del País de Nunca Jamás.

Donde los niños crecen y viven

sin ninguna regla ni responsabilidad,

pasando así la mayor parte de su tiempo

en una playa exótica

donde impera el juego y la libertad.

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