Tras los montes de Dios
Hoy el tiempo se ha detenido para mí,
también el tiempo del trabajo,
ahora sólo te tengo a ti,
tú eres mi reloj,
mi orden, mi ley, mi sol.
Estamos subiendo la cuesta dela vida
Y por eso...
se necesita de tu orden, de tu ley y de tu sol.
Tenemos que ser sólo uno
para poder seguir
por la empinada cuesta de la vida.
Yo, estoy contigo
y escucho tu corazón
como única y clara voz.
La vida no tiene color
cuando estás conmigo.
Todo el mundo lo puede ver
que las mañanas se alargan
irradiando felicidad y amor,
hasta que el sol se esconda
tras los montes de Dios.
Ya no hay frutos que coger
pues sólo quedan tus besos
y por supuesto tu miel.
Entrégamelos a mí,
para ser yo el que acompaña
hasta que la noche
cambie a tenue luz de la mañana.
Tú, eres quien tiene la miel
y yo, los besos que te daré.
Estamos de en hora buena:
dame tus besos,
dame tu flor elegante,
y yo... Esparciré tus perfumes
hasta el rosa de la tarde.
Por fin dices que si,
que quieres darme tu miel,
yo a cambio te daré
mi amor por siempre fiel.
Ahora ya somos dos,
los que nos podemos bañar
en el lago azul de tu amor.
No quiero darte sermones,
sólo quiero darte amor,
pues contigo encontré la flor
la flor especial de mi vida
Por eso y sólo por so,
te estaré siempre agradecida
y a tu lado estaré
como el agua bendecida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario