Bebe ahora que tienes la ocasión.
Tú eres para mí especial:
algo divino, algo supremo.
Si de mí vuelves a alejar,
sepas que sólo existo para ti
y en mi mente, siempre estás
por tanto tu eres mi dueño.
¡No...! ¡No...!¡Noooooo...!
No digas que algo va mal,
porque eso será imposible
si contigo vuelvo a hablar
lo malo vuelve invisible.
Estar contigo es muy guay,
pues estoy enamorado,
las manos pondría en tu fuego
pese a que ya me he quemado.
Pero tú eres el amor de mi vida,
bienvenido, querido y deseado,
y si mil veces te he visto
mil veces me has encantado.
Aunque pasaras a mi lado
sin oír los latidos de mi corazón
por ti un día aceleraron
forjando aceros de amor.
No digas que susta el viento.
¡No...! ¡no...! ¡Noooooo...!
pues el viento fue el testigo
del flechazo de mi amor.
Que reivindica con plenitud
regalándote la más bella flor,
mi esplendorosa juventud
que no hay tesoro mejor.
Apasionadamente seré feliz
contigo, lo habré de conseguir...
¡Sí...! Sí...! ¡Siiiiii...!
contigo lo podré conseguir.
En tu mano está el futuro
de la ansiada felicidad,
extendiéndose cual conjuro
por el universo astral.
¡Te lo aseguro...! ¡Te lo aseguro...!
Con la intensidad divina
del vuelo mágico de la golondrina.
¡No...! ¡No...!¡Nooooo...!
No encontrarás a nadie mejor que yo
porque yo....
soy agua clara que mana
en la fuente del corazón.
¡Bebe...! ¡Bebe...! ¡bebe...!
Bebe ahora que tienes la ocasión.
así lo dicta mi alma,
mi conciencia...
y mi ardiente corazón.
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