R.I.P.
La vida se nos presenta
Cual alegre sinfonía,
Para ello, se nos presta
La luz y la fantasía.
Más la vida es un tambor
Cual yunque en hierro forjado,
El cual nos causa dolor
Y hace sentir atrapados.
Son los
trancos del caballo
La pandereta de un niño,
Más la tormenta y el rayo
Cubren con manto de armiño.
Se oye al perro sofocado
Tras la intensa cacería,
Por los bosques y los prados
Donde existe altanería.
Llega el viento del ocaso
Como una tuba funesta;
Impidiendo dar más pasos
Por la puntiaguda cresta.
Somos bajel que resiste
A vagar por mar abierto,
Pese a ello, el hombre insiste
En volar igual que un cuervo.
El hombre pasa su vida
Volando con alas negras,
Hasta que le llega el día
En que se acaba su fiesta.
Y es que todos presentimos
Que ha de ocurrir el momento;
Donde debemos unirnos
A la tierra con los muertos.
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