Miedo a lo desconocido
II
Hay ojos que miran transmitiendo sus deseos,
Junto con sus intrigas y sed de venganza;
Porque en realidad, somos sus nuevos competidores.
Por eso, en el reino de la luz
Van armados con palabras hirientes y suspicaces.
Exponemos el cuerpo que otros desean
Para su propio goce, o intentan adueñarse de tu
talento
Para edificar nuevos muros,
Que, cuantos más altos y gruesos sean,
Mejor para
evitar la huida.
Ante la desesperación, oirás carcajadas
Enseñando sus dientes afilados,
Preparados para desgarrar.
Algunos, queremos mostrar fortaleza
E intentamos permanecer impasibles,
Creyendo que, de ese modo, pasarás inadvertido
Haciendo ver que, aquel réquiem, no va contigo;
Pero la cosa cambia si ya se han fijado en uno.
Y piden seas compañero de un baile
Cuyos acordes te hacen estremecer.
No deseamos ese baile donde unas zarpas
Te agarran la cintura
Pudiendo sentir sus afiladas garras.
Sientes miedo cuando sus manos aprietan,
El aire azufrado se convierte en irrespirable,
No sabes lo que va
a pasar,
Pero si sabes lo que pasa,
¡No te gusta!
Luego descubres unos ojos fantasmagóricos
Que manan sangre;
La sangre es la fuente de la vida;
Pero el problema, es que no se sabe quién fue la víctima.
Todo somos futuras víctimas
Por mucho que gritemos:
¡No tengo miedo!
¡Yo soy un
valiente!
Ignorando que, en la guerra,
Son los valientes los primeros que mueren en batalla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario