El
poderío del viento
Dicen que el viento es viento,
El viento de hoy, el del mañana…
¿Estamos preparados para escuchar al viento?
El viento, como la memoria,
Se pierde en los pasos
Y en los silencios trascendentales.
Abrimos los ojos para ver que nos queda por rumiar,
Aunque al final veamos
Que sólo el viento nos pertenece,
Pues es capaz de armonizar
Nuestra mirada vacía,
Nuestra alma olvidada.
Es el viento el que persigue la realidad
Transformándola en realidad indolora.
La luz y la razón se abren camino
A base de
zarpazos
Imperando el halago y la autocomplacencia.
El viento jamás muere,
Por más que permanezca como el verso libre
Cautivo entre barrotes de labios;
El viento tapa los huecos del alma
Y al sentirlo en nuestro corazón
Nos hace más puros.
Si el hombre al final ha de ser
Como la hoja muerta,
Sólo el viento hará mover la hoja,
La que volando tapa el sol,
Para después caer en el abismo
Donde lloran de tristeza los grillos.
La hojarasca temblorosa por el viento
Escribirá su último verso,
Pues el viento,
Habla mejor que el hombre.
El viento nos une,
Mientras que las banderas nos separan
Porque el orgullo,
Es superior a cualquier raza;
Por eso, te ruego que no aceptes
Una bandera de bronce
Ondeando en nuestro mástil del alma.
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