Mi
musa y hechicera
Paseando por las calles empedradas
Sombreadas por añosas plataneras,
Me crucé con un ángel cuyas alas
Removieron en mi alma brisas nuevas.
Le pregunté si era acaso alguna bruja
Cuyo porte de
dulzura me hizo mella,
Contestó que en tal caso era la musa
De un poeta con fulgor de mil estrellas.
Me hechizó con su rosa seductora
Convirtiendo mí presente en mi futuro,
Pues mi alma por su cielo soñadora
Se tradujo en amor ferviente y puro.
El embrujo de sus ojos puso acento
Convirtiéndose en mi musa y hechicera,
Inflamando con las rosas de su aliento
Mi corazón con su dicha placentera.
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