jueves, 22 de diciembre de 2022

MI último lamento

 Mi último lamento



Hay días que estoy triste,

Y sin embargo, me pongo a cantar;

Cualquiera podría pensar que estoy contento;

Pero en realidad,

Es que canto por no llorar.

No es menester que suceda algo extraordinario

Para causar dolor o depresión,

Quizá la cuestión radica

En el viento del pasado otoño,

Cuando desnudó por completo al álamo temblón,

Pues en cierto modo,

Pienso que, eso mismo,

Me sucederá a mí y a muchos otros;

Cuando regresando a la primavera,

Todo encajaba en la figura

Aún cuando fuese despeinado,

Pues todo  parecía un look

 Hecho a conciencia para la ocasión;

Ya que la fealdad en la primavera

 No  existe o se camufla demasiado bien.

Entonces, hasta los pajarillos,

Extienden sus cantos ruidosos y enamorados 

Hasta los confines del bosque.

Yo, era  uno de esos pajarillos de llamativo plumaje

Ocultado tras las hojas frescas y primaverales.

Pero la lujosa primavera pasa,

Y llega el tórrido verano,

Antesala del otoño cruel.

Por eso, siempre que vuelvo la cabeza

Me veo con veinticinco años

Atrapando todas las atenciones,

Recibiendo incluso piropos por la buena planta.

Ahora, después de haber menguado varios centímetros,

Los huesos están  aplastados por el riguroso invierno

Siendo  mis hojas  aplastadas,

Pisoteadas por las alimañas

Y ya, para lo único que sirven es como refugio

Para el alimento de las ardillas.

Ahora, todo son hocicos huroneando

Para ver que  parte del  cuerpo les apetece más.

Soy más lento  y menos intrépido;

Por ello, se aprovechan del abuso.

Quizá sea ley de vida;

Pero esa ley es injusta y me hace entristecer

Aunque si alguien me escuchase de verdad,

Verían que el significado de esas canciones

Expresan la melancolía;

Y por  mucho que pretenda vislumbrar

Un horizonte de luz,

De él sólo se percibe oscuridad y silencio;

Y posiblemente… también...

Mi último lamento.

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