Por
si alguien pierde la memoria
La memoria viaja como una estrella errante
Por nebulosas de sueños y suspiros;
Mientras la luna con su tambor rojizo
Susurra en los espejos del lago
Y en los meandros del río.
La memoria
hace revivir los corazones procelosos,
Más si se pierde la memoria,
Es tanto como olvidar al cielo azul
Y los bosques
encantados
Por la brujería de los reyezuelos.
Paseamos por la vida a saltos de gorrión
Olvidando que dejamos atrás la inocencia;
Pero no se pueden olvidar los desengaños
Ni que el infierno existe en cada uno de nosotros.
El infierno nos guía
a un mundo extraño
Con regiones de lienzos inmortales.
Tocamos el polvo y nos parece poca cosa,
Pero al tocar u oler la sangre
Entonces sentimos la derrota
Como una tempestad sonora llena de insultos.
Por eso digo que, si se te olvida el rumbo,
Mira a las nubes que coronan la montaña
Pues en ella
se engendran los romances
Que un día iluminaron el corazón inmenso.
Todo empieza con un romance
Y todo acaba con el último acto del teatro de la
vida
Donde las luciérnagas fantásticas
Iluminan las ciénagas del valle.
La memoria tiene sus límites;
Pero los límites, no tiene memoria,
Si acaso, la de un pez
Cuyas escamas
se oxidaron
Con el relámpago azul de la tormenta.
La memoria se acaba con la última pasión
Tras manosear
los crespones del destino
Que siempre ondean
con fantasmales geometrías.
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