martes, 6 de diciembre de 2022

De bruces con la vejez II

 

De bruces con la vejez

 


II

Los hombres, estamos predestinados

A seguir caminando por unos caminos

Que no sabemos a dónde nos llevarán;

Con unos, por muy retorcidos que estos sean,

Nos llevarán a obtener un poquito de gloria;

Pero la gloria, es efímera,

Y se evapora como lo hace el agua del charco.

La vida es tiempo, y ese tiempo,

 Nos obliga a seguir caminando,

Por la sinuosa vereda de la ignorancia,

Sin saber, si nos adentramos en tierras pantanosas.

Lo importante, quizá sea el dar un paso atrás,

Y volver por el sendero de cabras,

Que, por abrupto, nos negamos a continuar;

Pero que es posible que nos guie hasta el abrevadero,

O al río del fresco valle.

El caso es seguir, para seguir contándolo,

Pues en el mundo,

La página que se queda en blanco,

 Nadie la escribe por ti,

Y esa es la señal de que ya estamos en el final,

Donde se extinguen los recuerdos y la luz.

Luego podrás ser historia

Si queda alguien que pueda contarla,

Pues de lo contrario, todo habrá sido

Un salto al vacío,

Sin saber qué es lo que espera abajo,

Si bien una colisión con mullida espuma,

O las puntiagudas  y filosas aristas de un acantilado.

De ser así, la sal desprenderá las fibras del cuerpo

Y los huesos, serán como esas almejas muertas

Arrastradas por las olas a la playa,

Para luego ser el juguete de un niño,

O el amuleto que queda en el  bolsillo de un  bolso.

 

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