martes, 13 de diciembre de 2022

El Waterloo de la vida

 

El Waterloo de la vida

 

El cielo plomizo y hostil 

Riega las lápidas

De mi árbol genealógico;

Se troncharon ya sus principales ramas;

Los nombres con apellidos y  fechas se pudrirán

Ante el vendaval de crisantemos;

Los huesos quedaron desperdigados

En el Waterloo de la vida.

Las pisadas quedaron hundidas en el barro;

De nada sirvieron sus armaduras de hierro

Quedando sepultadas en la oscuridad.

Por mucho que la campana repicara,

Sus partículas, ya son incapaces de crecer;

Las estaciones se detuvieron

En su palidez sideral;

Y lentamente… mueren,

Como lentamente muere el árbol

Mutilado por sus raíces,

Cayendo su última hoja

 En el amanecer de un día

Que sólo Dios  sabe  lo que deparará.

 

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