martes, 18 de enero de 2022

Cuando yo no existía III

 

Cuando yo no existía

III


Miro tus ojos y renace el día,

Me recojo en tus brazos de bronce

Y ante esa realidad, un temblor telúrico

Trajo consigo un invierno prematuro,

Donde las acículas  del ciprés

Pretendían sostener tu mundo junto al mío.

Mis mejillas encarnadas se irrigaban de sangre

Y desbordaban al acariciar tus sedosos cabellos,

Cual marinero que toma las crestas de las olas

Como si fuesen las suntuosas  faldas de una sirena

Iluminando de súbito el otoño que se acerca

Cortando de golpe el equilibrio

Entre el porvenir lejano del alma

Con el beso de rapiña ofrecido ante la sepultura.

 

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