Lo que hoy surgió de mi pluma
Tengo
en el jardín de casa
Farolillos
de colores,
Para
dar la bienvenida
A la flor de mis amores.
Y
en el poche, guirnaldas,
Brillantes,
de plata y oro,
Para
que luzcan con ella
Por
ser mi mejor tesoro.
Me
capturó su sonrisa,
Me
iluminó con sus ojos,
Me
fascinaron sus labios…
¡Para
que seguir!, ¡fue todo!
Mirando
una noche al cielo
Vi
que una estrella surgía,
Y
quedé muy sorprendido
Al
ver que a mí dirigía.
La
estrella se hizo mujer,
Y
un suspiro de alegría,
Inundó
mi corazón
Con
su embrujo y fantasía.
Y
cada vez que aparece
Dice llegar de la luna;
Donde
acaban los poemas
Que
yo escribo con mi pluma.
Los
ha leído, llega contenta,
Pide
que se los recite yo
En
la frondosa alameda,
Donde
canta el ruiseñor
Mis goces y mis tristezas.
Mis
penas dejaré a un lado,
Sólo
contaré mis gozos;
Pues
fue turbio mi pasado
Cuando
me metí en un pozo.
Era
tan negro su abismo
Que añoré la claridad;
Ella
es puro virtuosismo
Y
dice querer de verdad.
¿Qué
más puedo pedir?
Si
yo no le puedo dar
Otra
cosa que mis versos,
Mi
cariño y mi amistad.
Hoy
le escribo este poema
A
mi verdadero amor;
Mi
pluma hoy está ligera
Su
tinta es del corazón.
Llegó
la mariposa blanca,
Ahora
va de flor en flor,
Primero
posó en las dalias
Y
en el clavel terminó.
Luego
volando se fue,
Quién
sabe si hasta la luna,
Para
leer en papel
Lo
que hoy surgió de mi pluma.
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